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Una vida eterna para dar gracias

8 de enero de 2015

Ordenación presbiteral de fr. Moisés Pérez Marcos en la Basílica de la Virgen del Camino, en manos de D. Julián López Martín, obispo de León.

La Basílica de la Virgen del Camino fue elegida como marco para la ordenación de fr. Moisés para quien, como buen leonés, el templo de la Patrona tenía una singular relevancia. Presidía la celebración D. Julián López Martín, obispo de León, acompañado del Prior Provincial fr. Javier Carballo, y otros noventa concelebrantes, y ante la presencia de la familia, amigos y buen número de fieles llegados de Benavides de Órbigo, Valladolid, Valencia, Madrid…

D. Julián, en una preciosa homilía, recordaba a fr. Moisés y a los presentes lo que significaba esa ordenación sacerdotal: “Esta celebración representa para la Iglesia, para la Orden de Predicadores y muy especialmente para ti fr. Moisés una especial venida del Señor, una visita de amor que se convertirá en presencia interior y permanente de su Espíritu Santo, para que ejerzas el ministerio sacerdotal al servicio del pueblo de Dios que te será confiado”.

Ordenación sacerdotal fr. Moisés

Destacó la importancia que esa pasión de fr. Moisés por la filosofía, puede tener a la hora de anunciar el Evangelio en el mundo de hoy: “Tus estudios de la filosofía moderna, lo tienes muy claro, te hacen sentir la necesidad, en palabras del apóstol, de dar a conocer el Evangelio, es decir, el mensaje cristiano profundizado, meditado y asumido para dar respuesta o para suscitar preguntas a quienes, desde actitudes opuestas a veces a la fe religiosa, nos interpelan a los creyentes”.

Finalizaba su intervención dándole un consejo: “Acoge y medita también, siguiendo las sendas de los pensadores y teólogos de tu Orden, estas palabras de San Pablo: Me hecho débil con los débiles para ganar a los débiles, me he hecho todo para todos para ganar, como sea, a algunos. Y todo lo hago por causa del Evangelio para participar también yo de sus bienes”.

Tras las palabras del obispo comenzó el rito de la ordenación con la presentación del candidato por parte del Prior Provincial fr. Javier Carballo; a continuación fr. Moisés manifestó públicamente su intención de desempeñar fielmente su ministerio en favor del pueblo de Dios y guiado por el Espíritu Santo. Tras el canto de las letanías, el obispo y los numerosos concelebrantes, impusieron las manos, en silencio, a fr. Moisés, tras lo cual D. Julián pronunció la oración consecratoria. Sus padres, junto con fr. Vicente y fr. Félix, le ayudaban a revestirse con la estola y la casulla, y a continuación el obispo ungió con el crisma las manos de fr. Moisés, y le hizo entrega del pan y del vino. Con un abrazo el obispo y varios sacerdotes concelebrantes le daban la bienvenida al orden de los presbíteros.

Al final de la celebración fr. Moisés dio las gracias, recordando que cuando nació lo tuvieron que dejar ingresado por una dolencia, y días después su madre y su abuela se presentaron ante la Virgen del Camino y le pidieron que recuperara la salud. Ese mismo día Moisés salía del hospital completamente recuperado. Por eso estaba más que justificado que la celebración de su ordenación sacerdotal tuviera lugar allí, en acción de gracias a la Virgen. Dio las gracias a todos aquellos que han formado, y forman parte, de su vida y de su camino que le ha llevado a la Orden de Predicadores y a su entrega como sacerdote: “¿Sabéis cual es una de las razones por las que creo que existe una vida después de esta: porque en esta vida no hay tiempo suficiente para dar gracias a Dios por todo lo que uno recibe, necesitamos una vida eterna para poder dar gracias delante de Dios”. Finalizaba su intervención con unas palabras del Maestro Eckhart: “para orar una sola palabra es suficiente: gracias”.

Con el canto del himno a la Virgen del Camino, entonado por la "Coral Aguas Blancas de Gordón", y con el acompañamiento en el órgano de fr. Sixto, se dio por finalizada la celebración religiosa.