Espiritualidad gótica y arte

El Gótico supuso una transformación del arte debido a un profundo cambio de la espiritualidad cristiana, de sus representaciones y del culto.


Nos sumergimos en la espiritualidad gótica que dio forma al arte medieval. Desde la transformación en la representación de Jesús y María hasta el culto al Santísimo Sacramento, este período marcó un cambio profundo en la espiritualidad cristiana y su expresión a través del arte. Vamos a explorar cómo lo humano y lo divino se entrelazaron en esta época tan destacada.

¿Cómo influyó la espiritualidad en el arte gótico?

En el Románico vimos que los predicadores de las cruzadas hablaban al pueblo del Jesús humano –además de divino– de los evangelios. Destacó entre ellos san Bernardo de Claraval (1090-1153), que era un teólogo y predicador del norte de Francia. Esto trajo consigo que en esta zona de Europa surgiese el germen de una nueva espiritualidad que generó, a su vez, un nuevo estilo artístico, el gótico.

El primer edificio construido según este estilo fue la basílica de la abadía de Saint Denis, muy cercana a París y concluida hacia 1140. Y veinte años más tarde se decidió construir siguiendo este modelo la nueva catedral de París: Notre Dame, es decir, «Nuestra Señora», el título mariano creado por san Bernardo.

Si bien al principio hubo reticencias en emplear el estilo gótico, pues algunos lo veían demasiado novedoso, llegado el siglo XIII su expansión por Europa fue imparable. Cada vez más catedrales y monasterios eran construidos en este estilo, si bien es verdad que en la segunda mitad del siglo XIII aún hay quien prefería emplear el estilo románico. Pero lo cierto es que a lo largo del siglo XIII el arte gótico se impuso y el románico quedó en desuso. Y este cambio artístico fue asociado a la espiritualidad, que también cambió.

La iconografía en el gótico: Jesús crucificado y María madre

La espiritualidad gótica surgió de la valoración de lo humano en Jesús y la Virgen María. Por eso ya no se tomaba la imagen de Dios principalmente del Antiguo Testamento o del Apocalipsis, sino de los evangelios. Ello supuso un aprecio de la persona: de nuestra capacidad de amar y de razonar. Y condujo a buscar a Dios no tanto en la observación de la naturaleza, como pasaba anteriormente, sino en lo que bullía en el corazón y se razonaba con la inteligencia.

El impacto de la espiritualidad en la arquitectura gótica

Todo eso es lo que mostraba el arte gótico. Sus catedrales son grandes y están muy iluminadas. La luz del sol, imagen de la Luz divina, pasa por bellas vidrieras en las que hay imágenes religiosas. En éstas también están representados los distintos gremios, pues éstos han colaborado económicamente en la construcción de la catedral. Así se muestran la grandeza de Dios, pero también la grandeza de la inteligencia humana, que ha sido capaz de construir semejantes edificios, y la grandeza del amor que movió al ser humano a hacerlo.

¿Cómo se representa a Jesús en el arte gótico?

El arte gótico muestra una imagen de Cristo muy diferente al románico. Deja de ser representado como Jesús Pantocrátor y ahora aparece crucificado, con un rostro muy humano y sufriente, y con un cuerpo cubierto de heridas por las que chorrea sangre. También comenzaron a popularizarse los belenes, en los que se ensalzaba sobre todo la miseria en la que nació Nuestro Salvador. Ambas imágenes de Jesús –crucificado y niño– fueron muy difundidas por las Órdenes mendicantes, sobre todo por los franciscanos y las clarisas.

La imagen de María también se humanizó mucho, pues dejó de ser representada como María Theotokos. Ahora se la mostraba como una Madre tierna que cuida de su Hijo, con un aspecto normal y cotidiano.

¿Cómo surge la fiesta del Corpus y el culto al Santísimo Sacramento?

Nuestro Señor se apareció en 1208 a santa Juliana (1193-1258), abadesa de una comunidad de monjas agustinianas de Lieja (actual Bélgica) y le inspiró una fiesta en honor al Santísimo Sacramento. Esta fiesta la instituyó el obispo de esta ciudad en 1246, después el legado pontificio la extendió a Alemania y, por último, el Papa Urbano IV (1195-1264) aprobó esta solemnidad para toda la Iglesia occidental en 1264.

Esta celebración nos ayuda a unirnos afectivamente a Jesús, pues se hace sacramentalmente presente en medio de nuestro mundo gracias al Santísimo Sacramento. De Él eran muy devotos santa Clara de Asís (ca. 1193-1253) y santo Tomás de Aquino (ca. 1224-1274), quien creó los famosos himnos eucarísticos del Panis Angelicus, Adoro te devote y Pange lingua.

Las dos últimas estrofas de este último son conocidas como Tantum ergo:

Tantum ergo Sacramentum,
veneremur cernui:
et antiquum documentum
novo cedat ritui;
præstet fides supplementum
sénsuum defectui.

Genitori genitoque,
laus et iubilatio;
salus, honor, virtus quoque,
sit et benedictio;
procedenti ab utroque
compar sit laudatio.
Amen».

Veneremos, pues, humildes
tan augusto Sacramento
y a la antigua ceremonia
sustituya el rito nuevo;
supla la fe más ardiente
del sentido los defectos.

Sean gozo y alabanza
al Padre y al Hijo excelsos,
salud, honor y grandeza
y bendición y respeto;
y al que de entrambos procede
sea igual loa y obsequio.
Amén».