Lunes 19 de Mayo |  | | |
Primera LecturaLectura del libro de los Hechos de los apóstoles 14, 5-18En aquellos días, cuando en Iconio se produjeron conatos de violencia de parte de los gentiles y de los judíos, con sus autoridades, para maltratar a Pablo y a Bernabé y apedrearlos; al darse cuenta de la situación, huyeron a las ciudades de Licaonia, a Listra y Derbe y alrededores, donde se pusieron a predicar el Evangelio. Había en Listra, sentado, un hombre impedido de pies; cojo desde el seno de su madre, nunca había podido andar. Estaba escuchando las palabras de Pablo, y este, fijando en él la vista y viendo que tenía una fe capaz de obtener la salud, le dijo en voz alta: «Levántate, ponte derecho sobre tus pies». El hombre dio un salto y echó a andar. Al ver lo que Pablo había hecho, el gentío exclamó en la lengua de Licaonia: «Los dioses en figura de hombres han bajado a visitarnos». A Bernabé lo llamaban Zeus, y a Pablo, Hermes, porque se encargaba de hablar. El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad trajo a las puertas toros y guirnaldas y, con la gente, quería ofrecerles un sacrificio. Al oírlo los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron el manto e irrumpieron por medio del gentío, gritando y diciendo: «Hombres, ¿qué hacéis? También nosotros somos humanos de vuestra misma condición; os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos y os convirtáis al Dios vivo “que hizo el cielo, la tierra y el mar y todo lo que contienen”. En las generaciones pasadas, permitió que cada pueblo anduviera su camino; aunque no ha dejado de dar testimonio de sí mismo con sus beneficios, mandándoos desde el cielo la lluvia y las cosechas a sus tiempos, dándoos comida y alegría en abundancia». Con estas palabras, a dura penas disuadieron al gentío de que les ofrecieran un sacrificio.
SalmoSalmo 113 B, 1-2. 3-4. 15-16 R/. No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloriaNo a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria, por tu bondad, por tu lealtad. ¿Por qué han de decir las naciones: «Dónde está su Dios»? R/. Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace. Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas. R/. Benditos seáis del Señor, que hizo el cielo y la tierra. El cielo pertenece al Señor, la tierra se la ha dado a los hombres. R/.
Evangelio de hoyLectura del santo evangelio según san Juan 14, 21-26En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él». Le dijo Judas, no el Iscariote: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?» Respondió Jesús y le dijo: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».
Reflexión del Evangelio del díaLevántate, ponte derecho sobre tus piesSe nos va narrando de una manera iluminadora cómo se va expandiendo la gracia de la «Buena Noticia» de la salvación. Detalles que si los leemos con calma nos van dando pistas de todo aquello a lo que tuvieron que enfrentarse personas comprometidas, con una profunda experiencia de Dios, que deciden anunciar el gran tesoro de la «Palabra de Dios». En este caso Pablo y Bernabé, sin embargo, ¿Cuántas personas anónimas no han pasado por tribulaciones por hablar de la experiencia liberadora de su encuentro con Jesús de Nazaret? El texto nos presenta un conato de violencia entre dos grupos. Por un lado, están los fariseos, que no aceptan a Jesucristo como verdadero Dios, ni tampoco el mensaje se liberación y salvación que trae. Miedo, también en este grupo, ya que se van quedando sin algunos de sus adeptos debido a la conversión. El otro grupo los gentiles. Nadie les ha anunciado la Buena Noticia. No han tenido la suerte de ser evangelizados y escuchar la propuesta liberadora que tiene la Palabra de Dios. No conocer o no aceptar al enviado, al mensajero produce un rechazo, una violencia en los grupos, que quieren quitarse el problema de encima rápidamente. Así que la evangelización se enfrenta a esos obstáculos. Sin embargo, el texto, de una manera sencilla, nos cuenta el efecto que produce la fe en la persona que es capaz de recibir la Palabra de Dios con un corazón sencillo. La Buena Noticia del Reino de Jesucristo, es capaz de liberar totalmente a la persona que está abierta a escuchar el plan de salvación. Esta «Palabra» da un horizonte nuevo, sana, libera y da plenitud total de vida. «Viendo que tenía una fe capaz de obtener la salud» Pablo, lo interpela: ¡Levántate! de esa situación de postración que has tenido y se autónomo. Ponerse derecho sobre sí mismo para poder caminar. Así sucede el milagro de una liberación absoluta de la persona. La fe en la persona de Jesús, aceptar su modelo evangélico, hace a la persona nueva. Dibuja otros horizontes de vida, de libertad, de justicia, de compasión. La necesidad de depuración de la fe en el ambiente de aquellas personas que han visto lo que hace el mensaje de salvación. Han venido dioses en presencia humana, verlo todo en clave de magia. No es así. Jesucristo que es Dios, viene de parte de Dios, para traernos la redención. Lo que nos toca a nosotros es descubrir este tesoro, aceptar el evangelio y vivir con todo nuestro ser fundamentados en el cimiento que es Cristo. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me amaEl pasaje del evangelio sigue el hilo conductor de la primera lectura. Desde la aceptación de la fe en Jesucristo recibimos el mensaje de plenitud y de salvación que trae el Hijo de Dios encarnado. Liberación total de la persona desde la clave evangélica del amor, así, san Juan entra en la necesidad de la relación interpersonal con un Dios que es la fuente del amor. Por tanto, los discípulos acceden a la fe, mediante el sentirse desbordados por el amor que Dios les manifiesta a pesar de su limitación. Hay un anuncio de las verdades del Reino que Jesús va haciendo en toda la predicación en los contextos que se va encontrando. Habla de ese proyecto nuevo y revolucionario que viene del amor. Sin embargo, hasta que no se acepta ese mensaje tal y como lo expresa Jesús, es imposible hacerlo vida. La transformación total de la persona desde la dinámica de un encuentro con Jesús que da un horizonte nuevo al ser humano. Es desde el aceptar lo que plantea Cristo entras en la dinámica de la salvación. Su Palabra, sus acciones, sus preceptos, para llegar a hacerme un ser humano capaz de amar por encima de todas las circunstancias que me encuentre. Al encontrar en mi vida el fundamento de un amor que me sostiene dirijo toda mi vida a aceptar y amar a Dios. Habrá corrupción, pero el fundamento del amor me dice que yo me mantengo del lado de Cristo. Habrá guerra, violencia, conflicto, pero el precepto del amor me dice que sea canal de paz. Habrá noche oscura, sin razón, miedo, pero la Palabra de Dios es una lámpara de sentido en medio del obstáculo. Habrá escenarios en los que no acepte al otro, juzgue, critique, deje de lado, pero el mandato del amor de Dios, vivido desde el convencimiento personal me lleva a una conversión de hacerme una persona capaz de amar incluso a los que me persiguen. Eso solo se hace cuando alguien está convencido de que Cristo es el camino, la verdad y la vida. Que desde su amor mi existencia tiene sentido y que yo hago la conversión y el seguimiento porque no hay nada en la vida que valga más que experimentar por un segundo lo que Jesús me ama. Amando digo al mundo del grupo que soy: «Para mí la vida es Cristo». |
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Martes 20 de Mayo |  | |
Primera LecturaLectura del libro de los Hechos de los apóstoles 14, 19-28En aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo ya por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad. Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe. Después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Y después de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquia, de donde los habían encomendado a la gracia de Dios para la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.
SalmoSalmo 144, 10-11. 12-13ab, 21 R/. Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinadoQue todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/. Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/. Pronuncie mi boca la alabanza del Señor, todo viviente bendiga su santo nombre por siempre jamás. R/.
Evangelio de hoyLectura del santo evangelio según san Juan 14, 27-31aEn aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo yo».
Reflexión del Evangelio del díaLa Paz os dejo, mi Paz os doyNuestro mundo, cada uno de nosotros, necesita con urgencia y con angustia la paz. La paz verdadera y profunda del corazón, que es la que lleva a la paz como auténtico encuentro con el otro. La paz profunda del corazón que supone la radical exclusión de violencia y de desencuentro. La paz honda del corazón que nos hace caminar con sentido, libertad, serenidad y plenitud por la vida. Una paz profunda de corazón que nace de dentro, de lo más hondo, del encuentro real con el Dios de Jesucristo que es el único que puede dar la paz. Pablo se levantó y volvió a la ciudadLa misión de Pablo en la predicación del evangelio, en la construcción de las primeras comunidades, es una épica narración de entrega radical. La lectura de hoy de los Hechos de los Apóstoles, es uno de los episodios que mejor lo ejemplifica. Dado por muerto tras ser apedreado, se levanta y continúa su misión regresando allí donde casi ha sido asesinado. ¿De dónde nace esa profunda voluntad, resistencia, confianza y entrega que es capaz de superar miedos, odios, enfrentamientos y reacciones contra los demás? Siguiendo la experiencia de la Pascua que estamos recorriendo, es claro que la fuerza de Pablo nace de una profunda Paz del corazón que sabe de quién se ha fiado, que sabe que se ha encontrado con el Dios del amor y la vida, con Jesús resucitado. Pablo supera cada dificultad, cada prueba, cada tribulación, por una profunda paz que nace de la fe y del amor. Cada uno de nosotros podemos alcanzar esa paz anhelada, como Pablo a través del encuentro con el Señor. La paz que sabe que lo que llena el corazón es la entrega y el amor, que excluye y aleja egoísmos y avaricias que nunca sacian al ser humano, la paz que trae la libertad y la serenidad de dentro. La paz que sólo puede dar verdaderamente Dios. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobardeParte del discurso final de Jesús en la noche de la última cena, en el que se despide de los suyos antes de su pasión, el texto de Juan que nos presenta la liturgia de hoy nos abre a esa experiencia profunda de paz que nada es capaz de quitárnosla si está en verdad asentada en Dios. Así nos lo asegura el Señor, así nos sostiene y nos lo recuerda y nos lo anima. Sabe Jesús que el corazón del hombre flaquea y duda y es frágil, que los vientos de la vida nos azotan y nos hacen zozobrar, que nuestras propias fuerzas no son capaces para mantenernos en pie, que fácilmente tememos y nos acobardamos. Pero Él nos asegura la paz profunda. Nos la da. Nos la ofrece para aquel que quiera acercarse a Él mismo. ¿Cómo alcanzar esa paz que Jesús promete, que Pablo encontró, que los apóstoles y los discípulos vivieron en su entrega, pese a las dificultades y pruebas y tribulaciones de su vida y que tanto necesitamos cada uno para nuestra propia vida, para nuestro mundo? El mismo Señor Jesús es la fuente de esa paz verdadera. Acercarse a su palabra, acercarse en la oración, acercarse a los sacramentos, ocuparse en las cosas de Dios es la vía para lograrla. Así cabe hoy preguntarnos: ¿dónde busco la paz en mi vida? ¿cómo acercarme al Señor para gustar de esa paz? ¿cómo construyo la paz a mi alrededor? ¿cómo me acerco al Amor de Dios para amar y vivir y gustar y llevar a los demás la paz profunda del corazón? |
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Miércoles 21 de Mayo |  | | |
Primera LecturaLectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 1-6En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia. Ellos, pues, enviados por la Iglesia provistos de lo necesario, atravesaron Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron, diciendo: «Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la ley de Moisés». Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.
SalmoSalmo 121, 1bc-2. 3-4b. 4c-5 R/. Vamos alegres a la casa del Señor¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestro pies tus umbrales, Jerusalén. R/. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. R/. Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.
Evangelio de hoyLectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».
Reflexión del Evangelio del día... se convertían los gentiles, con lo que causaron gran alegría a todos los hermanosEl Evangelio es siempre una gran Alegría y, como la propia palabra indica, la extraordinaria Novedad que Jesús vino a anunciarnos y a inaugurar con su Persona en la comunidad de sus discípulos, nuestra Iglesia. Y no es un grupo exclusivo, sino que nace abierta y acogedora para la construcción del Reino. El Libro de los Hechos nos describe esta convicción que tenía San Pablo respecto a los gentiles y las reservas de los hermanos procedentes del judaísmo que, en no pocos aspectos, nos recuerdan a la figura del hermano mayor de la parábola del Hijo Pródigo. La lectura que hoy podemos hacer de este texto en nuestras comunidades es, ante todo, de la toma de conciencia de que somos Pueblo de Dios que camina en un mundo complicado, heterogéneo, necesitado de esperanza ante tantas desgracias e injusticias que cuestionan al propio ser humano en quien se encarnó nuestro Dios y Señor. Movidos por el Espíritu, estamos llamados a abrir nuestros brazos y nuestro corazón y ofrecer la Buena Noticia a todas las personas de buena voluntad, no a quedarnos encerrados en “nuestras seguridades”, añorando otros tiempos y pensando que solo nosotros estamos en posesión exclusiva de la Salvación prometida. Él que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nadaEstas palabras de Jesús las olvidamos muchas veces. La predicamos, es verdad, pero no terminamos de asumirlas como suyas, sino como nuestras y en función de determinados intereses no siempre conformes con el Evangelio. Permanecer en Jesús es procurar vivir en sintonía con el Espíritu Santo desde la oración sincera y comprometida, desde una actitud de servicio al Reino y sus Bienaventuranzas, desde la Comunión con el Papa, obispos, clero y toda la Iglesia y desde una voluntad de apertura sincera y comprometida con todos los hombres, nuestros hermanos. Solo así podemos permanecer como sarmientos en la vid que es el Señor Jesús. Porque permanecer en la comunión es, paradójicamente, una actitud y un comportamiento dinámico, valiente, arriesgado y comprometido no pocas veces con opciones contrarias a los actuales monopolios políticos o económicos, implicarnos en y con los “descartados” de la sociedad y todo ello ciertamente nos puede causar problemas y descréditos. La clave es la Cruz donde murió el Señor, pero también donde nos salvó de una vez para siempre a todos los hombres. Hoy celebra nuestra Orden la fiesta del beato Jacinto María Cornier (1832-1916), maestro general y persona comprometida con el Evangelio y probada en su enfermedad que en nada disminuyó su entrega a la Iglesia y la Orden. «Estemos unidos a nuestro Señor Jesucristo, primer autor y perfeccionador de la santidad religiosa, el cual de sus sagradas llagas abre para nosotros abundantes fuentes de espíritu religioso y quiere que estemos sepultados con él con la muerte de la Cruz (Cf. Rm 6, 4; Flp 2, 8)... Estemos unidos entre nosotros, de manera que la diversidad de naciones y de lenguas, no sólo no menoscabe la unidad, sino que la robustezca y la haga más hermosa en sus variadas expresiones. Sin embargo, la raíz lozana de esta fraternidad de ánimo será el mismo santo Patriarca, del que, aunque sin merecerlo, somos hijos. La misma raíz dará, como frutos, que seamos unánimes en un mismo sentir, conformes en las costumbres, afables en la convivencia conventual, y que en las obras apostólicas pongamos en común fuerzas y talentos.» (De la carta del beato Jacinto María Cormier a toda la Orden de Predicadores, el día 29 de junio de 1904, después de su elección como maestro de la Orden) |
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Jueves 22 de Mayo |  | |
Primera LecturaLectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 7-21En aquellos días, después de una fuerte discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros: «Hermanos, vosotros sabéis que, desde los primeros días, Dios me escogió entre vosotros para que los gentiles oyeran de mi boca la palabra del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, ha dado testimonio a favor de ellos dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues ahora intentáis tentar a Dios, queriendo poner sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús». Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron, Santiago tomó la palabra y dijo: «Escuchadme, hermanos: Simón ha contado como Dios por primer vez se ha dignado escoger para su nombre un pueblo de entre los gentiles. Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: "Después de esto volveré y levantaré de nuevo la choza caída de David; levantaré sus ruinas y la pondré en pie, para que los demás hombres busquen al Señor, y todos los gentiles sobre los que ha sido invocado mi nombre: lo dice el Señor, el que hace esto sea conocido desde antiguo". Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que se abstengan de la contaminación de los ídolos, de las uniones ilegítimas, de animales estrangulados y de la sangre. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes lo predican, ya que es leído cada sábado en las sinagogas».
SalmoSalmo 95, 1-2a. 2b-3. 10 R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre. R/. Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R/. Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente» R/.
Evangelio de hoyLectura del santo evangelio según san Juan 15, 9-11En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».
Reflexión del Evangelio del díaLos gentiles oyeran de mi boca la palabra del Evangelio, y creyeronComo hemos visto en el libro de los Hechos de los Apóstoles, la admisión de los paganos a la fe cristiana, sin necesidad de someterles antes al rito de la circuncisión, suscitó controversias en el seno de la comunidad cristiana. El episodio de “la Asamblea de Jerusalén” (15,1-35) narra la forma en que la Iglesia primitiva resolvió la cuestión del bautismo de los paganos sin imponerles las prescripciones de la Ley. En el relato de hoy, los apóstoles y presbíteros se reúnen para estudiar el asunto, examinan el problema y, después de una larga discusión, Pedro es el primero en tomar la palabra con un discurso que consta de dos partes. En primer lugar, expone lo sucedido (15,7-9) donde la experiencia con Cornelio es fundamental y en ella basa su argumento. Esta experiencia, conocida por todos, enseña que Dios lo escogió a él para que los gentiles oyeran la palabra del Evangelio, y creyeran. Dios, que conoce los corazones y por ello acepta «al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea» (Hch 10,35) implica que para el Señor no hay distinción de raza, pues la fe transforma los corazones y ello es lo esencial. En la segunda parte (15,10-11) hace ver que pedir más pruebas divinas es tentar a Dios, e imponer el yugo de la Ley es desobedecerlo, un yugo que, por otra parte, ni ellos ni sus padres han podido cumplir en su totalidad. Después de un silencio general de aprobación, Bernabé y Pablo intervienen confirmando lo dicho por Pedro, contando cómo Dios había obrado signos y prodigios por medio de ellos entre los gentiles, signos escatológicos que confirman el plan de Dios. Para asegurar la convivencia en las comunidades donde haya judíos y gentiles, ellos piden que se imponga a estos últimos unas normas sobre algunos comportamientos que pueden herir la sensibilidad religiosa de los educados en el judaísmo. Vemos como la comunidad cristiana va creciendo y la misión evangelizadora atrae a muchos gentiles a la fe. La convivencia no es fácil, pero ésta se vuelve una opción fraterna cuando ponemos a Jesús y su evangelio en medio de ella. Como el Padre me ha amado, así os he amado yoEn el capítulo 15 del cuarto evangelio, Jesús inicia un bello discurso metafórico con la imagen de la vid y los sarmientos. La lectura de hoy, que pertenece a dicho discurso nos sugiere profundizar en las dos palabras que vertebran este pequeño relato: “amar” y “permanecer”. Con respecto al amor, el evangelista hace una presentación de manera escalonada: Jesús anuncia a los discípulos que la fuente de su amor por ellos es el amor que el Padre le tiene. Una unidad amorosa que vincula a Aquel que envía con el Enviado. Puesto que el Padre ama a Jesús, Jesús manda a sus discípulos que formen parte de esa unidad permaneciendo en su amor. El amor de Dios Padre hacia Jesús es un amor infinito, sin límites, un amor de comunión plena y profunda, tal cómo Jesús ha mostrado a sus discípulos. La llamada a su seguimiento y su respuesta les ha hecho formar parte de la familia de Jesús y en consecuencia de su amor y un amor de amistad, de amigo como les dirá más adelante (15,14). De ahí que los discípulos han de permanecer en su amor. Permanecer en el amor de Jesús, en medio de las dificultades, debe mostrarse en un modo de vivir determinado por los mandamientos del Maestro. Ser un discípulo que permanece en el amor de Jesús significa hacer algo, y este hacer se fundamenta en el amor de Jesús hacia ellos. La vida de Jesús se basa en cumplir los mandamientos de Dios, es decir, en haber hecho la voluntad del Padre. De este modo, los discípulos tienen que repetir, en su relación con Jesús, lo que siempre éste ha mantenido con el Padre: una reciprocidad de amor mostrado por el cumplimiento incondicional de su voluntad. Permanecer en el amor de Jesús, implica el acceso de los discípulos a Jesús y al Padre. Tal como Jesús ha entrado en una alianza de amor con su Padre, así tienen que hacer también los discípulos. Jesús, es el Hijo obediente y fiel, es el amado del Padre y modelo para los creyentes. No hay mayor alegría que sentirse amado por Jesús, que él nos transmita y nos deje su alegría. Esta es la única manera en que la nuestra sea una alegría plena. ¿Cómo permanezco en el amor y la alegría de Jesús? |
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Viernes 23 de Mayo |  | |
Primera LecturaLectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 22-31En aquellos días, los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron elegir algunos de ellos para mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas, llamado Barsabá, y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y enviaron por medio de ellos esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia provenientes de la gentilidad. Habiéndonos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alborotado con sus palabras, desconcertando vuestros ánimos, hemos decidido, por unanimidad, elegir a algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, hombres que han entregado su vida al nombre de nuestro Señor Jesucristo. Os mandamos, pues, a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de uniones ilegítimas. Haréis bien en apartaros de todo esto. Saludos». Los despidieron, y ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron a la comunidad y entregaron la carta. Al leerla, se alegraron mucho por aquellas palabras alentadoras.
SalmoSalmo 56, 8-9. 10-12 R/. Te daré gracias ante los pueblos, SeñorMi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantar y a tocar: despierta, gloria mía; despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora. R/. Te daré gracias ante los pueblos, Señor; tocaré para ti ante las naciones: por tu bondad, que es más grande que los cielos; por tu fidelidad, que alcanza las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria. R/.
Evangelio de hoyLectura del santo evangelio según san Juan 15, 12-17En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».
Reflexión del Evangelio del díaAl leer aquellas palabras alentadoras se alegraron mucho“En aquellos días los apóstoles y presbíteros con toda la iglesia acordaron elegir a algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé”, con una carta que entre otras cosas les decían: “Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que las indispensables: que no os contaminéis con la idolatría, que no comáis sangre ni animales estrangulados y que os abstengáis de la fornicación”. Al llegar a Antioquía les entregaron la carta. “Al leer aquellas palabras alentadoras se alegraron mucho”. También nosotros, cristianos del siglo XXI hemos de acudir constantemente a la revelación, a la palabra de Dios, para que viviéndola alegremos nuestra existencia. Que os améis unos a otros como yo os he amadoSabrosas las enseñanzas de Jesús en el evangelio de hoy. Quizás la más importante y de donde se derivan todas las demás es la amistad que Jesús brida a sus discípulos de entonces y a todos nosotros. “Ya no os llamo siervos… a vosotros os llamo amigos”. La amistad es una de esas realidades que los hombres de todos los tiempos valoramos más. Tener un amigo es tener un tesoro. Lo más propio de la amistad es la confidencia, ese abrir el propio corazón con todo lo que hay en él al amigo, esperando que él pague con la misma moneda. Jesús, nuestro amigo, nos hace participes de su interioridad, de lo que piensa y siente su corazón, de sus vivencias más íntimas. Y por eso nos dice que “os améis unos a otros como yo os he amado” para que nos vaya bien en la vida… y nos asegura que en nuestra amistad, ha sido él el que ha tomado la iniciativa “no sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os ha elegido y destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto dure”. Agradezcamos a Jesús que nos haya brindado su amistad y pidámosle que siempre le hagamos caso en todo lo que su corazón nos comunique. Es el mejor amigo que tenemos, el que siempre busca nuestro bien. |
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Sábado 24 de Mayo |  | | |
Primera LecturaLectura del libro de los Hechos de los apóstoles 16, 1-10En aquellos días, Pablo llegó a Derbe y luego a Listra. Había alli un discipulo que se llamaba Timoteo, hijo de una judía creyente, pero de padre griego. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso que fuera con él y, puesto que todos sabían que su padre era griego, por consideración a los judíos de la región, lo tomó y lo hizo circuncidar. Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día. Atravesaron Frigia y la región de Galacia, al haberles impedido el Espíritu Santo anunciar la palabra en Asia. Al llegar cerca de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Tróade. Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos». Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.
SalmoSalmo 99, 1-2. 3. 5 R/. Aclama al Señor, tierra enteraAclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. R/. Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. R/. El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades. R/.
Evangelio de hoyLectura del santo evangelio según san Juan 15, 18-21En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».
Reflexión del Evangelio del díaAl ritmo del EspírituSi nos centramos en una lectura simplemente histórica, la narración es concisa, el autor de los Hechos de los apóstoles nos muestra un itinerario claro. Lo importante de este relato no son los viajes, mas allá de la predicación evangélica que supusieron para aquellas comunidades cristianas que visitó Pablo. El centro del relato está en la afirmación que hace al autor referente a las “Iglesias”, dice que “se robustecían en la fe”, sin la fe, no hay ni iglesia ni predicación, en todo caso discurso narrativo y poco más. La fe es la seguridad que nos abre al proyecto de Dios sobre nuestras vidas, sobre la historia etc…sigue el relato bíblico diciendo que el Espíritu les impidió en dos ocasiones entrar en alguna ciudad a la cual habían pensado ir. El Espíritu Santo no es una barrera que obstaculiza el proyecto, sino la acción que mueve los corazones para escuchar y discernir la voz de Dios. Para Pablo “su” proyecto era llegar a Asia y a Bitinia. Ese es el problema, anteponer nuestros planes a los de Dios, la fe nos ayuda a escucharle y a discernir esa voluntad de Dios, que en la mayoría de las veces es desconcertante y fuera de nuestros cálculos…sin fe no hay seguridad, para Pablo Macedonia no era el lugar previsto, pero el Señor le esperaba allí. Muchas de nuestras desilusiones vienen de anteponer nuestra voluntad a la de Dios. Esta lectura nos desafía ser hombres y mujeres de fe recia y madura. Porque no conocen al que me envióEl final de este evangelio ilumina el mensaje y contenido del mismo: “porque no conocen al que me envió”. Para entrar en la centralidad del texto es importante entender que la ignorancia a nivel de fe, es un atentado contra la verdad. Si la ignorancia brota de una masificación el resultado es simplemente el vacío de una vida sin rumbo. El Señor intenta compartir con sus discípulos la razón más profunda de su Encarnación, tomar nuestro barro y asumir nuestras heridas, es decir estar en el mundo, pero no para ser como el mundo sino para embellecer, sanar, acompañar, amar y dar a conocer que el final del camino conduce al Corazón del Padre. No les dice que miren el mundo como el peor enemigo, sino que amen al mundo como el lugar donde se manifiesta su presencia, les invita a tener una mirada que vaya más allá, y les ayude a descubrir su rostro en ese dolor escondido de tantos hombres y mujeres que viven sin rumbo, o con rumbo equivocado o inmersos en el dolor y la soledad, en la cruz Jesús ve su Rostro y el Rostro del Padre en el ladrón al que le promete que hoy estará con Él en el paraíso. Es la mirada de fe que nos embellece el alma y nos enseña vivir en el mundo, pero sin ser del mundo, conscientes de que como cristianos le seguimos a Él y con Él aprenderemos a amar, hasta que dejemos los pedazos del alma, si es preciso, a jirones por el camino si es que de verdad le seguimos a Él. Jesús es el enamorado de la humanidad porque el amor al Padre le ardía en el corazón, en Lc 12, 49-53, dirá “he de recibir un bautismo y como me angustio hasta que llegue la hora”, es la hora de dar la vida por esa humanidad que es su propia carne. Este es el gran desafío para todos/as los cristianos: ¿Estamos en el mundo? ¿nos masifica el mundo? ¿vemos al mundo con la mirada de Dios? |
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Domingo 25 de Mayo |  | |
Introducción | Se aprecia muy bien en las lecturas de este domingo que el Espíritu que habita la Iglesia es el fruto final de la Pascua. Aparece en la primera lectura guiando a la comunidad cristiana, inspirando el discernimiento y la decisión sobre cuestiones que dividían a los convertidos. La segunda es una parte de la revelación que recibe el Apóstol Juan sobre la presencia de Dios en la Iglesia, por su Espíritu. La luz de la nueva Jerusalén es el mismo Señor. Nosotros estamos llamados a participar de esa luz a través del Espíritu que recibimos y a compartirla con los demás. Y el evangelio nos hace ver que quien ama a Jesús cumplirá sus palabras. Esa será la condición para que el Padre envíe al Espíritu Santo en el nombre de Jesucristo y pueda venir y hacer morada en quienes guardan sus palabras. Dos consecuencias de hacernos morada de Dios son: el Espíritu nos enseñará y nos recordará todo lo que Jesús nos ha dicho; y la paz de Jesús nos ayudará a superar toda inquietud y cobardía. | |
Lecturas |
Primera LecturaLectura de los Hechos de los Apóstoles 15, 1-2. 22-29En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia. Entonces los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron elegir a algunos de ellos para mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas llamado Barsabás y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y enviaron por medio de ellos esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia provenientes de la gentilidad. Habiéndonos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alborotado con sus palabras, desconcertando vuestros ánimos, hemos decidido, por unanimidad, elegir a algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, hombres que han entregado su vida al nombre de nuestro Señor Jesucristo. Os mandamos, pues, a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de uniones ilegítimas. Haréis bien en apartaros de todo esto. Saludos».
SalmoSalmo 66, 2-3. 5. 6 y 8 R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R/. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, y gobiernas las naciones de la tierra. R/. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman todos los confines de la tierra. R/.
Segunda LecturaLectura del Libro del Apocalipsis 21, 10-14. 22-23El ángel me llevó en espíritu a un monte grande y elevado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, y tenía la gloria de Dios; su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa, como piedra de jaspe cristalino. Tenía una muralla grande y elevada, tenía doce puertas y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados que son las doce tribus de Israel. Al oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, al poniente tres puertas, y la muralla de la ciudad tenía doce cimientos y sobre ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero. Y en ella no vi santuario, pues el Señor, Dios todopoderoso, es su santuario, y también el Cordero. Y la ciudad no necesita del sol ni de la luna que la alumbre, pues la gloria del Señor la ilumina, y su lámpara es el Cordero.
Evangelio del díaLectura del santo Evangelio según San Juan 14, 23-29En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo, Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».
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Pautas para la homilía | Escucha el evangelio y las pautas | Jesús: gestos, acciones y palabrasEl amor fraterno es la señal por la que se reconocerá que somos discípulos de Jesús. Pero hay un matiz más en la vivencia del amor: «si alguien me ama, guardará mis palabras». La encarnación de Jesús puso las bases del Reino de Dios. Él manifestó su novedad con gestos, con acciones concretas y también con sus palabras; él mismo es la Palabra de Dios hecha carne. Hay una relación muy estrecha entre las tres manifestaciones. Quien ama a Jesús debe guardar sus palabras y debe también examinar detenidamente sus comportamientos; se completan y se explican mutuamente. La relación más cercana entre palabra y acción se dio con la resurrección. Desde que Jesucristo resucitó nadie puede entrar en el Reino si no es por medio de Él. Y nada ni nadie puede impedir definitivamente que llegue a su plenitud el Reino de Dios. Los deseos y los dones finales de JesúsJesús es realista. Ve a sus discípulos tristes y acobardados. Viven las últimas horas con su Maestro. ¿Qué sucederá cuando les falte? Les infunde ánimo descubriéndoles sus últimos deseos. El primero es que no se olvide su mensaje, la Buena Noticia de Dios. Si le aman, esto es lo primero que han de cuidar: «el que me ama, guardará mi palabra…». ¿Qué hacemos nosotros con el Evangelio de Jesús? ¿Lo guardamos fielmente o lo manejamos según nuestros intereses? ¿Lo acogemos en nuestro corazón o lo vamos olvidando? ¿Lo presentamos con autenticidad o lo reconvertimos con nuestras doctrinas? El segundo deseo va unido al anuncio de que el Padre enviará en su nombre un Defensor. No sentirán su ausencia. El Espíritu Santo los defenderá del riesgo de desviarse de él. Les explicará mejor todo lo que les ha enseñado. Les ayudará a profundizar cada vez más su Buena Noticia. Los educará en su estilo de vida. Los cristianos de hoy, ¿nos dejamos guiar por el Espíritu de Jesús? ¿Sabemos actualizar su Buena Noticia? ¿Hacia dónde nos impulsa hoy su aliento renovador? Y el tercer deseo y don es la paz. La paz de Jesús es fruto de su unión íntima con el Padre. Nacerá en el corazón de los discípulos si acogen el Espíritu. Es la paz que han de contagiar siempre y nunca perderla. ¿Por qué es tan difícil la paz? ¿Por qué fracasa una y otra vez el diálogo? ¿Por qué se vuelve una y otra vez al enfrentamiento y a la agresión mutua? ¿Por qué se ponen tantos obstáculos a la concordia? Una cosa es cierta: No cualquier persona puede sembrar paz, solo quienes poseen paz pueden ponerla en la sociedad. Con el corazón lleno de resentimiento, de intolerancia, de dogmatismo, se puede movilizar a algunos sectores; con actitudes de prepotencia, de hostilidad, de agresión, se puede hacer política y propaganda electoral, pero no se puede aportar verdadera paz a la convivencia de las gentes. Nos falta paz porque nos faltan hombres y mujeres de paz. Quienes la poseen en su corazón la llevan consigo y la difunden. Jesús nos dice: «Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde». Mucha gente tiene hambre de Jesús y de su paz. Estamos llamados a ser una Iglesia en salida, caminando juntos, en sinodalidad, hacia una Iglesia más fiel a Jesús y a su Evangelio, con cristianos que acojan el Espíritu de Dios, no pierdan la paz y la siembren. Hacia la Ascensión y PentecostésLas de Jesús en las lecturas de hoy son palabras de despedida que nos acercan a vivir las próximas fiestas de la Ascensión y de Pentecostés. Son palabras que forman parte de un testamento, un tipo de manifestación que humanamente solemos considerar sagrada e inviolable como última voluntad. Son palabras que estamos lejos de vivirlas en plenitud, de cumplirlas. Él nos señala que no podemos pensar siquiera que le amamos si no guardamos sus palabras. Él mismo nos recomienda a sus seguidores que roguemos insistentemente a Dios para que nos conceda su Espíritu y para que éste nos recuerde constantemente sus palabras y nos ayude a comprenderlas y a profundizarlas. Son muchas las situaciones humanas necesitadas de paz verdadera. Si nuestro amor a Jesús es verdadero, será guardando sus palabras como caminaremos hacia la alegría de la paz que él nos da. | |
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