Dom
28
Jun
2015

Homilía XIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2014 - 2015 - (Ciclo B)

Dios todo lo creó para que subsistiera

Introducción

En este domingo la liturgia nos habla del Dios de la vida, que todo lo hizo para comunicar a los demás seres lo que él mismo es. Todo le pareció bueno (Gén 1) y no quiso la muerte para nadie. El ser humano salió de sus manos como un reflejo de su propio ser inmortal. Si la muerte existe, es porque la envidia del demonio la provocó (Sab 2, 23) al inducir al hombre a pecar.

Sin embargo, las cosas no quedaron así. Cuando llegó el momento previsto por él, Dios envió a su Hijo para restablecer el proyecto original que tuvo sobre el mundo. Jesús manifestó su compenetración con el Dios de la vida realizando muchos signos de dominio sobre el mal y la muerte (Mc 5), y culminando con su propia resurrección la misión que el Padre le había encomendado.

Ese Dios, que se hizo humano y frágil para elevar al hombre a la participación de su propia vida divina, se despojó también de su riqueza inagotable, asumiendo la pobreza humana para enriquecer al hombre desde su propia condición de criatura indigente. Con ello nos enseñó también a compartir la pobreza de aquellos hermanos que la padecen en el mundo, ayudándoles a superarla (2 Cor 8).