Dom
7
Jun
2015

Homilía Corpus Christi

Año litúrgico 2014 - 2015 - (Ciclo B)

Haced esto en conmemoración mía

Introducción

Este día ni exaltamos un rito, ni nos podemos quedar con unos signos. Exaltamos sobre todo la vida de Jesús, que celebramos con los signos del pan y del vino con unas significaciones muy profundas. Cuentan que Leonardo da Vinci, cuando pintó el cuadro de la última cena, quiso que el centro de todas las miradas fuera Jesús, pero pintó un cáliz precioso encima de la mesa, que llamaba tanto la atención que atraía la vista de los visitantes. Cuando se enteró él, dio un brochazo de pintura sobre el cáliz y lo hizo desaparecer. En la celebración de la Eucaristía el foco tiene que estar en lo sustancial, que es Jesús.

¿Dónde quieres que te preparemos la Pascua?, le preguntaron los discípulos a Jesús. Pensaban en la pascua judía, en el rito de la conmemoración de la liberación de la esclavitud de Egipto, pero Jesús les dice: seguid al hombre del cántaro….. Se trataba de la celebración de una pascua distinta, algo importante iba a suceder en su vida. Un hombre con un cántaro, indicaba el lugar de la celebración. La samaritana, cuando le dio Jesús de beber, encontró el verdadero amor, dejó el cántaro, ya no tendría necesidad de utilizarlo, no le iba a hacer falta y corrió al pueblo a anunciarlo, (Jn 4, 28). A la Eucaristía acudimos con nuestros cántaros, pero mejor dejarlos para que no nos impidan correr para anunciar lo que se nos da. Quizás, hoy, debiéramos pensar nosotros en las rutinas de nuestras viejas eucaristías, pensadas y preparadas para cumplir. ¿Podemos seguir celebrando la Eucaristía, solo para proteger el rito actual y quedarnos tranquilos? Cuando Jesús nos manda: Haced esto en conmemoración mía, … ¿es lo que nosotros celebramos: su memoria salvadora en nuestra vida? ¿Nuestras eucaristías son alimento atractivo, que nos da fuerza y valentía para servir al proyecto del reino del Padre?