Dom
3
Abr
2016

Homilía II Domingo de Pascua

Año litúrgico 2015 - 2016 - (Ciclo C)

Dichosos los que crean sin haber visto

Introducción

Los textos de la liturgia de este domingo poseen este año una connotación particular. Nos encontramos en plena celebración del misterio pascual, dentro del marco singular del año Jubilar de la Misericordia y justo en el domingo que san Juan Pablo II quiso se denominara “Domingo de la Misericordia”. Estas circunstancias hay que tenerlas muy presentes a la hora de planificar la homilía de este domingo y pronunciarla luego bajo el prisma del misterio de la “Misericordia divina” y el de la “Misericordia cristiana” que toda la Iglesia ha de practicar.

Lo primero que convendrá señalar, una vez más, es que, en el pensamiento de Jesús, el tema del Amor ocupa el centro de su mensaje y que el Amor es capaz de cambiar el mundo. Ya los antiguos sabios de Israel defendían que “el amor es fuerte como la muerte”… y “que sus saetas penetran en el corazón de los hombres cual saetas de fuego”…

En este contexto la pregunta a la que quizás convendría responder sería la siguiente: ¿el Año Jubilar de la Misericordia —ya avanzado— está reafirmando en nosotros una convicción de fe firme y sincera en el poder que posee el Amor como base de una convivencia humana más plena?... Para ello quizás convendría reflexionar sobre el comportamiento de las primeras comunidades cristianas en los días posteriores a la resurrección de Cristo, como se insinúa en la 1ª Lectura.