Dom
15
Jun
2014

Homilía La Santísima Trinidad

Año litúrgico 2013 - 2014 - (Ciclo A)

Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve por él

Introducción

La Iglesia después de la cincuentena pascual nos regala la oportunidad de sumergirnos en la inmensidad del Misterio de Dios con la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Dentro de la cual se inserta también la Jornada Pro Orantibus, cuyo lema reza este año “Evangelizamos Orando”.

Esta frase resume a la perfección el sentido de la vida de los hermanos y hermanas contemplativas. Su misión de dar a conocer y hacer presente el Reino de Dios en el mundo desde el Corazón orante de la Iglesia.

La oración no es algo supletorio en la vida de los cristianos, sino algo inherente a nosotros, el modo único de crecer en el Amor a Dios.

Uno de los testimonios más bellos de la Presencia de Dios entre los hombres es ver orar a alguien, por eso los hermanos y hermanas de vida contemplativa, desde sus celebraciones litúrgicas lanzan una llamada y son un interrogante para los hombres de como Dios llena, transforma y plenifica una vida.

El reto de la evangelización que tiene por delante nuestra iglesia es mayor, si cabe, para estos hermanos y hermanas llamados a dar testimonio desde la oración silente y la soledad sonora. Haciendo de cada minuto un vivir amando.