Lun
17
May
2010

Evangelio del día

Séptima semana de Pascua

Tened valor: yo he vencido al mundo.

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 19, 1-8

Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso. Allí encontró unos discípulos y les preguntó:
«¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?».
Contestaron:
«Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo».
Él les dijo:
«Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?».
Respondieron:
«El bautismo de Juan».
Pablo les dijo:
«Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que iba a venir después de él, es decir, en Jesús».
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en lenguas extrañas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres.
Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses hablaba con toda libertad del reino de Dios, dialogando con ellos y tratando de persuadirlos.

Salmo de hoy

Salmo 67, 2-3. 4-5ac. 6-7ab R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian;
como el humo se disipa, se disipan ellos;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios. R/.

En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría.
Cantad a Dios, tocad a su nombre;
su nombre es el Señor. R/.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 29-33

En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús:
«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».

Reflexión del Evangelio de hoy

Entre las comunidades que se consideraban cristianas algunas estaban muy unidas a la figura de san Juan Bautista. Habían recibido su bautismo. Los evangelistas exaltan la figura de san Juan Bautista por su humildad e integridad de vida, pero le presentan anunciado y descubriendo a quien es mayor que él, Jesús de Nazaret. Los evangelistas insisten en situar así en su lugar a Juan Bautista y a Jesús de Nazaret ante cierta confusión que había en algunas comunidades. La diferencia es el bautismo en el Espíritu Santo, no sólo en agua. La comunidad a la que llega Pablo había participado en el rito del bautismo con agua. Les faltaba lo que da sentido al rito, la presencia, la acción del Espíritu Santo. Que es también el espíritu de Jesús. Bien está tener en cuenta esto al comienzo de la semana que desemboca en la Pascua del Espíritu Santo. Ha de servir de preparación para ella discernir hasta qué punto la acción del Espíritu Santo, que viene con la verdad, con el consuelo –el Consolador-, con la energía necesaria para profesar y vivir la fe, para indicarnos cómo hemos de orar: - todas esas funciones además de los siete dones los atribuye el N.T. al Espíritu Santo- , hasta qué punto, digo, hemos de ver sin nos dejamos dejarnos iluminar y animar por Él.

Jesús en ese último diálogo con sus discípulos, se encuentra con que, por fin, ellos parecen entender lo que durante años les ha querido inculcar. Pero no por eso se hace ilusiones. Sabe que al faltar su presencia, se diluirá la base de esa fe a la que han llegado. Por eso les promete que él seguirá con ellos frente a las dificultades que encuentren en el mundo: él “ha vencido al mundo”. Todo eso creo que está dicho para que a lo largo de la historia los que nos llamamos cristianos y no nos es fácil profesar la fe y menos vivirla en el mundo en que vivimos, nos afirmemos en la confianza en quien “ha vencido al mundo”.