Mié
11
Mar
2015

Evangelio del día

Tercera semana de Cuaresma

No he venido a abolir, sino a dar plenitud

Primera lectura

Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1. 5-9

Moisés habló al pueblo, diciendo:

«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.

Mirad: yo os enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella.

Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán:
“Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación”.

Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?

Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy?

Pero, ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos».

Salmo de hoy

Salmo 147, 12-13. 15-16. 19-20 R/. Glorifica al Señor, Jerusalén

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza. R/.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • «Ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia»

Escuchar los Mandamientos de Dios es entrar en la Vida. Así lo entiende el pueblo de Israel, que acaba de experimentar la liberación de Egipto y va a tomar posesión de la Tierra Prometida. La Ley bien entendida no es sumisión ni esclavitud. Al contrario, es un signo de Amor y de libertad interior. Dios quiere al hombre y desea su felicidad. Por eso sus mandatos son un camino para vivir en plenitud la Vida que Él nos ha dado.

La Alianza de Israel con Dios es consustancial a su propia existencia. Él es siempre su referencia, una referencia inmediata, próxima, entrañable y que se hace evidente para las demás naciones. El israelita descubre en la Ley el Amor de Dios y el que Él le da como alimento para su alma.

  • «Quien los cumpla será grande en el Reino de los Cielos»

En el Evangelio de Mateo, Jesús nos da la clave para comprender lo que significa la plenitud de la Ley. Las autoridades de Israel habían convertido la Alianza en un cúmulo de normas carentes del sentido original que hemos visto en el libro del Deuteronomio. Eran, en palabras de Isaías, sólo «preceptos humanos». Parecía que Dios ya no vivía la cercanía con su pueblo, que vivía encerrado entre las paredes del Templo y las palabras llenas de hipocresía de los doctores de la Ley y los fariseos.

Jesús hace presente a Dios de una manera plena y definitiva. Él encarna esa Ley de Amor y Libertad que Dios regala a su pueblo. Es la nueva y definitiva Alianza que Jesús sella con su propia vida. Y nos pide también una nueva actitud, un compromiso de nuestra propia vida, hasta el último detalle insignificante de esta Ley inscrita en nuestro corazón y que sólo desde él tiene razón y sentido.

En esta Cuaresma tendríamos que plantearnos a qué estilo de vida nos llama Jesús para que verdaderamente seamos referencia de Dios y su Ley entre los hombres.

¿Descubro en los Mandamientos la presencia de un Dios cercano a mi vida?
¿Crees que en la Iglesia hay hoy en día demasiados preceptos que no van en la línea que Jesús nos indica en el Evangelio?
¿Cómo podemos vivir en esta cuaresma el compromiso de vida que Jesús nos pide?