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De todo me siento capaz, pues Cristo me da las fuerzas

2 de septiembre de 2016

Profesión solemne de tres monjas dominicas en el Monasterio de la encarnación de Alcalaá la Real (Jaén)

El pasado 28 de agosto, festividad de San Agustín, celebraban su profesión solemne en la Orden de Predicadores, Sor Blandina de Santa Catalina de Siena Razafimalala O.P. Sor Sabina de la Esperanza Nirina O.P. y Sor María Perlina del Carmen Ravelonjarasoa O.P., monjas dominicas del Monasterio de la Encarnación de Alcalá la Real.

La celebración comenzó a las siete de la tarde con una iglesia al completo. Tras la procesión solemne hasta el altar se inició la Eucaristía con la monición de entrada, en ella quedó claro el sentido de la celebración y el cariño que las hermanas profesas sienten por su comunidad. En el coro se situaron las jóvenes con sus padrinos y madrinas, la Comunidad, sor Teresa de Jaén con sus novicias, las hermanas dominicas de la comunidad de Granada y como no, las Madres Trinitarias de Alcalá que compartieron con las dominicas ese emocionante momento.

A continuación entraron los 10 sacerdotes concelebrantes, en procesión, se acercaron al coro y allí bajo la presidencia fray Cesar Valero O.P. se fue desarrollando la ceremonia que tuvo entre otras anécdotas las lágrimas no solo de las jóvenes profesas, sino de muchos y muchas amigos y amigas de la casa que sentían una profunda alegría.

La celebración se desarrolló con suma sencillez y solemnidad, compartiendo alegría y emociones. Hay que resaltar la participación de la coral de Alcalá, Coral Alfonso XI, por la belleza de sus cantos.

Finalizó la ceremonia con el agradecimiento de las profesas y, en nombre de la Comunidad, el agradecimiento de Sor Carmen a todos lo que, día a día, colaboran con la comunidad y con la formación de las hermanas, y les invitó a seguir teniéndolas en sus oraciones como ellas cada día lo hacen por todo el pueblo de Alcalá: “Ahora seis años después de su llegada tenemos una gran alegría y queremos dar las gracias a todas las personas que estuvieron presentes siempre en nuestro corazón por sus oraciones y por su esfuerzo y que día a día siguen pendientes de esta casa que para ellos es parte de su vida”.

Finalizada la ceremonia la Comunidad invitó a los asistentes a un pequeño ágape en unas dependencias anejas al monasterio donde recibieron las felicitaciones de todos los presentes.