Noticia

Aportaciones dominicanas a la teología

19 de enero de 2016

Se reanuda el ciclo de conferencias con la intervención del decano de la Facultad de Teología de San Vicente Ferrer de Valencia, Fr. Vicente Botella con la ponencia “Aportaciones dominicanas a la Teología”.

Teología Dominicos

En ponente dividió su exposición en tres grandes apartados, una primero para entroncar con la raíz del “Carisma” dominicano en la forma de hacer teología, una segunda parte centrada en uno de los grandes teólogos de la Orden, Tomás de Aquino; por último, el quehacer teológico dominicano, la Escuela de la Saulchoir en Bélgica y Francia. Aunque hay diversidad, cada dominico es diferente, el elemento común del dominico es la COMUNIÓN, que no es uniformidad, es reconocerse como familia dentro de la variedad.

La forma de hacer teología de la Orden remite a Domingo de Guzmán y éste al Carisma de la Orden fundada por él. La predicación convertida en un estilo de vida, un estilo de vida fraterno, abandonando el convento para llevar la palabra allí donde se precise. Esta forma se va elaborando en un momento de cambio social en la Edad Media y sobre todo en el encuentro con la herejía cátara, donde anima al anuncia de la Verdad y la integridad del Evangelio, frente a la parcialidad de la herejía. Esta vivencia de la predicación de la verdad del Evangelio, lleva al estudio y a la reflexión, también como elemento constitutivo, en relación con la salvación, la dimensión contemplativa y la vida común. Una predicación que es anunciada, subrayando dos elementos en ella, el diálogo y la Gracia.

Diálogo hacia fuera, con la realidad de la herejía, poniendo en diálogo la verdad con el error, mediando con la razón y la palabra. Es un estudio de la teología en diálogo y con un talante mendicante, Domingo se abaja y se dirige al pobre. Es un diálogo hacia dentro, hacia la vida común y hacia el gobierno. La mejor teología dominicana es la que se ha hecho al servicio de la predicación y juntos formando escuela. Como en el caso de la “Escuela de Salamanca” o la “Escuela de la Saulchoir”.

El segundo elemento, es la predicación de la Gracia, ésta se remonta al propio Domingo de Guzmán, celoso por la salvación de las almas, la insistencia en la bondad y la misericordia de Dios, con una visión positiva de todo lo creado y no tanto en el pecado. Es una forma de hacer teología positiva, con una visión integradora de todo lo creado, que es considerado y valorado.[Img #528262]

Una segunda parte, Fr. Vicente Botella, se centra en la figura de Tomás de Aquino. La aportación teológica del doctor Angélico ha de entenderse desde el carisma dominicano que tiene sus raíces de Domingo de Guzmán. Se pueden destacar algunos elementos de la teología de Tomás de Aquino, propios también de la teología dominicana. Subrayar una teología en diálogo, abierta al saber y a otras disciplinas, con la primacía de la Gracia y la economía de la salvación. Una teología en diálogo con los problemas concretos y fronteras de la fe. La vida y teología de Tomás de Aquino está al servicio de una misión y en diálogo con otras gentes (Summa contra gentiles). En diálogo con otras disciplinas del saber, es una teología interdisciplinar. Una teología donde prima la Gracia, que potencia la consistencia de lo creado y sobre todo del ser humano. Dios se hace hombre, ama y eleva a la criatura a la condición divina, no descalifica al ser humano. Una teología ordenada, coherente, con rigor y con una visión global de las cosas (Summa Teológica). En definitiva una teología que sólo se entiende desde el Carisma dominicano de Domingo de Guzmán, que en la actualidad no se trataría en seguir sus tesis al pie de la letra, sino su Escuela y Espíritu.

Por último, el ponente se centró en la “Escuela de la Saulchoir”, un momento significativo en la forma de hacer teología de la Orden, entre otros importantes. Recoge el paradigma de Tomás de Aquino y de forma comunitaria. Nombres como Gardeil, Chenu, Congar, emprenden una labor de renovación de la teología que sólo se entiende desde su Carisma dominicano. Todos se inspiran en Tomás de Aquino, pero leído directamente, aplicando la crítica literaria e histórica, renovando la forma de hacer teología y también el tomismo. Junto con la escuela de los jesuitas de Lyon-Fourviére, formarán la “nouvelle théologie”, que a pesar de su inicial silencio renovarán la teología, siendo llamados como peritos al Concilio Vaticano II y contribuyendo también a la renovación de la Iglesia. Uno de los documentos que tiene una fuerte raíz dominicana del Concilio Vaticano segundo será la “Gaudium et spes”, con una visión positiva y optimista.

Fr. Vicente Botella nació en Quart de Poblet en 1962 y, tras estudiar el bachillerato en el Colegio de San Vicente Ferrer de Valencia, empezó su noviciado como dominico en el convento de Santo Domingo de Barcelona. Realizó su profesión en 1981 y seis años más tarde fue ordenado sacerdote en la basílica de San Vicente Ferrer en Valencia. Cursó sus estudios en la Facultad de Teología de Valencia y en la Universidad de Friburgo, donde realizó la Licenciatura y se doctoró en Teología. Su labor teológica es notable y valorada. Se le reclama para ofrecer cursillos a religiosas y religiosos, y para dictar conferencias en distintos centros y ciudades, en materia de sacramentos y sobre el Vaticano II, del que es uno de los buenos especialistas que hay hoy en España. También hay que destacar su dedicación a la pastoral juvenil. Entre sus libros destacamos estos tres: “El Vaticano II ante el reto del tercer milenio. Hermenéutica y teología", “Dios escribe y se escribe con trazo humano. Cristología Fundamental”, y “Sacramentos, una noción cristiana fundamental”. Ha trabajado y profundizado en la teología de Ratzinger, Congar y Juan Bosch, analizando la espiritualidad ecuménica y dominicana de estos dos últimos. Ya había sido decano de la facultad de Teología de Valencia de dominicos de 2007 a 2010 y vicedecano de 2010 a 2015. Actualmente es decano de la Facultad de Teología de San Vicente Ferrer de Valencia.

Juan Antonio Mateos Pérez

Fuente: Salamanca al Día