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«El problema del reconocimiento es más importante que el económico»

31 de mayo de 2015

Considera que «el pensamiento filosófico es muy rico, muy variado y muy sugerente y se nutre de aportaciones de las ciencias particulares»

 

Juan Manuel Almarza Meñica es fraile dominico, doctor en Filosofía, director de las Conversaciones de San Esteban y profesor en la Facultad de Teología de San Esteban y de Valencia. Este leonés de nacimiento se formó en San Esteban de Salamanca desde los once años. A la edad de 16 hizo el noviciado, estuvo 28 años en Valladolid, 16 en Deusto y lleva retirado tres años en Salamanca, donde continúa dando clase. En Deusto fue profesor de Filosofía Contemporánea, precisamente este es el punto de acceso de este doctor hacia el psicoanálisis, pues recientemente ha sido nombrado socio de honor en el Instituto Psicoanalítico de Salamanca, donde impartió un seminario sobre ‘Psicoanálisis y Filosofía’.

– ¿Considera que la filosofía es conocida suficientemente por la sociedad de hoy en día?

– Creo que no. Cada vez es más deficiente en la formación de los especialistas de cualquier carrera el acceso a las ciencias humanas, por eso todo lo referente al pensamiento filosófico son como voces que se oyen, pero de las que se desconoce su articulación.

– ¿Cómo es?

–El pensamiento filosófico es muy rico, muy variado muy sugerente y se nutre fundamentalmente de muchas aportaciones de las ciencias particulares.

–¿Qué deberíamos de conocer todos de la filosofía?

– Hay algo muy importante, hemos configurado una sociedad que se articula exclusivamente entorno a un conocimiento puramente instrumental o técnico y solamente damos validez a ese tipo de saberes. Sin embargo, la finalidad de la convivencia política es entendernos y el modo de entendernos entre nosotros solamente se puede conseguir a través de las ciencias humanas, desde el arte, la literatura, hasta las ciencias más conceptuales.

– Quizá hoy usamos más las máquinas para entendernos.

–Entendernos entre nosotros es mucho más complejo que entender a una máquina. Por eso una de las cosas en las que se debe de insistir es en recuperar el sentido de las humanidades con las aportaciones científicas actuales porque son esenciales para la convivencia política, sobre todo, en esta época en que vivimos en sociedades plurales e interculturales.

–Con problemas económicos

–Los problemas esenciales de hoy no son esencialmente económicos como tales sino que son problemas de reconocimiento. La mayor parte de los problemas de una persona particular es que no tiene un reconocimiento afectivo en su propia familia, todavía tenemos grandes luchas en nuestra sociedad para obtener el reconocimiento de gente como iguales, que no significa que no se les trate bien, quieren que se les reconozca como tales.

– Pónganos un ejemplo.

– Algunos son las luchas raciales en América, la de los homosexuales o la de la mujer. Está en cuestión el reconocimiento de su dignidad. La tercera cuestión es el reconocimiento cultural, es decir, todo el mundo tiene derecho a participar activamente en su sociedad, y a que sean valorados positivamente los elementos que constituyen su cultura o su personalidad. Todavía nos falta mucha educación para acceder a esto. En la medida en que la sociedad es más compleja va a ser más difícil la convivencia.

– Siempre buscamos la aplicación práctica de materias y conocimiento. ¿Cuál es la de la filosofía?

– Ofrecernos una visión de conjunto con todos los saberes pero ejercitar una función crítica frente a esos saberes. Esta es la cuestión que hoy nos plantea Internet, tienes acceso a todo tipo de saber pero nadie te dice qué es válido o no válido. Hoy hay una demanda terrible del sentido crítico en todos los aspectos. Todo el mundo jugamos a ser filósofos sin serlo. Una cosa que te da pánico es ver cómo los científicos empiezan a sacar conclusiones filosóficas sin valor científico.

–¿Qué nos decía de Internet?

– En Internet identificamos la verdad con el número de accesos a esa página. Tenemos un exceso de información y un déficit terrible de valoración crítica.

- Trasladando esto a la política.

–El problema de Gobierno no es ni un aspecto técnico, ni económico, sino que hay muchos elementos. Cuando nuestros políticos desconocen esa serie de elementos que son importantes para la vida humana, como el derecho de integración y la preparación para los cambios. Quiere decir que los que nos dirigen tiene una visión muy corta. Los aspectos puramente económicos tenían una primera relevancia en el siglo XIX pero hoy día, nuestro saber va mucho más allá. Todos sabemos que el problema del reconocimiento ya es más importante que el económico.

–¿Debería de aplicarse más la filosofía?

– La filosofía no vende recetas, lo que pretende es crear un estilo de pensar y lo que trata de hacer, dentro de este, es tener en cuenta muchos factores, que todos ellos inciden a la hora de comprender una realidad. Lo que nos puede proporcionar una buena relación filosófica o humanista es criterios no recetas, hay muchísimos estudios de carácter teórico que se refieren a la política y hay muchísimos teóricos de la política.

–¿Lo conocen los políticos?

– Es increíble el desconocimiento que nuestros políticos tienen de las reflexiones que hay sobre esta convivencia plural. Es decir, extraña enormemente la falta de cultura política con todos los problemas actuales. Hoy día, en las sociedades complejas está todo tan estudiado y sigue tan discutido que la mayor parte de los políticos creen que los problemas se solucionan siendo un buen ejecutor, pero no tienen claro qué cosas tenemos que solucionar y en qué tiempo.

–¿Cuál es el mayor problema?

– El problema más gordo a nivel político es el de la integración social, que no significa asimilación. Es un derecho humano fundamental a conservar, la propia identidad, personal y cultural, y eso debe de ser exigido desde principios jurídicos porque son exigencias de los Derechos Humanos, cosas que desconocen nuestros políticos.


Almeida (Norte de Castilla)