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Tema: ¿Qué nos espera?      Autor: Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.      Creado: 09/11/2014 0:00:00      Número de aportaciones: 1




Asunto: ¿Qué nos espera?
Fecha y hora:
09/11/2014 0:00:00

Autor:
Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.

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En la tarde noche del primero de noviembre, sentado junto a mí un joven murciano, conversaba sobre su porvenir. En él se concentraban tantos jóvenes españoles que no ven claro el porvenir. No ha sido la única vez que esta conversación ha surgido. Tantos años de estudio para terminar en nada. Y no ven salida. El sistema no ofrece salidas. Para un puesto de trabajo hay cincuenta mil candidatos y cuando se llega a una entrevista, la pregunta inicial es: ¿qué experiencia tiene usted? Y enmudece el entrevistado. No la tiene porque nunca ha sido contratado. Siguen luego preguntas de formulario para terminar: ya no pondremos en contacto con usted. Un contacto que nunca se produce. Y se van hundiendo en la desesperanza.

Por otro lado la contemplación de la ceguera política, ensimismada en sus desvaríos; en sus corrupciones; en sus mentiras. Sin respuesta a las expectativas de los ciudadanos que creyeron en ellos y los emplearon y pagan sus significativos sueldos. Solo una pelea de gallos y el interés común desplazado. Lo que observamos los ciudadanos comunes es un panorama que genera desaliento y la pregunta me la hacían en esa conversación: ¿Qué decisión tomar ante este panorama? No podemos dar respuestas fáciles porque ni son creíbles ni aceptables y suenan a falta de respeto a la persona que pregunta. No resulta fácil, pero hay que juntar esfuerzos, compartir reflexiones y hablar con todos, hablar siempre, tratar de entenderse.

Y si esto ocurre en el ámbito social, político y económico, no queda al margen la situación eclesial. Un recién terminado Sínodo que deja un trabajo inmenso por delante de cara al Ordinario que se celebrará el año próximo. Por lo que se va leyendo, las declaraciones que se filtran y los manejos que se observan, todo un intento de maquillar las respuestas en los grandes temas que hay que afrontar. Y las manipulaciones de los grupos extra e intra Sínodo se hacen evidentes. La línea dura, aferrada a la “tradición” que como en el pasado piensa que la fortaleza de la Iglesia está en la fidelidad a la “tradición” y no en su mayor identificación con el proyecto de Jesucristo y su voluntad de salvación, que al fin y al cabo es la Voluntad y proyecto del Padre.

Y mientras tanto, las gentes se alejan desalentadas, desconcertadas y vacías como vacías se van quedando las iglesias llenas de mayores. Los problemas de las gentes que van más allá del pan de cada día, precisan una respuesta cargada de Misericordia, de comprensión, de aliento y de acompañamiento espiritual (no dirección espiritual), para hacerles sentir que estamos con ellos con palabras y hechos y que sus problemas son los nuestros y que queremos buscar con ellos las respuestas. No es fácil la andadura, pero la promesa de Jesús de estar junto a nosotros hasta el final y no es una promesa vaga, debe alentarnos a proseguir porque si sabemos lo que nos espera si creemos y esperamos en El.





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