Basándose en el libro de Stephen Jay Schneider del mismo nombre, el usuario de YouTube Jonathan Keogh ha reunido en un vídeo de 10 minutos las "1.001 películas que debes ver antes de morir". En la recopilación aparecen cintas como Apocalypse Now, ET, El rey león, Viaje a la luna y un larguísimo etcétera. Evidentemente, como dice el propio su autor en unas declaraciones, "dentro de otros 130 años, la lista será completamente diferente". Hasta aquí la noticia que acaba de aparecer en los medios de comunicación.
Pero las "1.001 películas que debes ver antes de morir", ¿quién quiere verlas? ¿no hay otras muchas cosas más interesantes que hacer, como por ejemplo dar las gracias o pedir perdón a tantas personas que han ido pasando y formando parte de esas vidas cotidianas y diarias que están a punto de expirar?
Además, "resumidas en 10 minutos". ¿Y esta obsesión por la rapidez, lo instantáneo, e incluso por el consumista usar y tirar? La información, si es que se llega a recibir así alguna, será meramente superficial, lo que impide penetrar y contemplar la obra y su mensaje.
Desgraciadamente este es el mundo actual de muchos, basado en lo superficial, en lo inmediato, en lo instantáneo, en el usar y tirar, tanto en el plano de cosas materiales como de compromisos, sentimientos y afectos. Pero atención, no olvidemos nunca lo que nos enseña el Maestro: “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?” (Lucas 6, 41).
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